informe de gestión anunciando cambios en su equipo económico y
modificaciones en el modelo que pone en manos del Estado el
monopolio de las divisas, en un discurso cargado de menciones a Hugo
Chávez, fallecido el 5 de marzo pasado.
José Luis Paniagua /EFE
Con el trasfondo de la complicada situación que vive el país, golpeado
por una inflación que superó el 56 % el año pasado y el
desabastecimiento, el primer informe de gestión de gobierno de
Maduro giró alrededor del diagnóstico de los males que aquejan a la
economía nacional y de los remedios para darle solución.
Maduro no anunció la devaluación del bolívar, algo con lo que se había
especulado en las últimas semanas y que, según señaló el presidente,
no va a pasar en todo el año, pero sí modificó el sistema de control de
cambios, aunque sin variaciones de fondo.
Tras reconocer semanas atrás que las instituciones de gestión de
moneda extranjera fueron "perforadas" por el fraude, el presidente
eliminó la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi), la principal
ventanilla para que las empresas y personas pidan dólares al Estado en
Venezuela.
A partir de ahora esa misión pasará, como ya había anunciado, al
nuevo Centro Nacional de Comercio Exterior.
Maduro confirmó en el cargo de vicepresidente económico, Rafael
Ramírez, también ministro de Petróleo, pero eliminó definitivamente
de su Gabinete a Nelson Merentes, que tras ser nombrado hace nueve
meses ministro de Finanzas y vicepresidente económico, cargo este
último que perdió hace tres meses, volvió hoy al Banco Central.
En su lugar, el presidente nombró ministro de Finanzas al general
Marcos Torres, hasta ahora ministro de la Banca Pública, cartera que
se fundirá con la primera.
Además, anunció que la próxima semana modificará de forma
"sustancial" la Ley de Ilícitos Cambiarios, que regula los delitos
asociados al manejo ilegal de divisas en el país, para que el sector
privado pueda ofertar dólares a través del Estado.
"Voy a hacer una modificación sustancial de la ley contra los ilícitos
cambiarios a fin de permitir que los sectores privados puedan ofertas
divisas en los mecanismos de los sistemas complementarios de oferta
de divisas cosa que ya lo estamos implementando en el turismo",
indicó.
Maduro insistió en responder a la "guerra económica" que, según él,
libra el empresariado del país contra su Gobierno, y reiteró que su
Gobierno pondrá "tras las rejas" a quienes especulen y reincidan en la
manipulación artificial de los precios.
"O pueden más los usureros y ladrones, los falsos importadores, los
raspadores de cupos, los legitimadores de capitales ilegítimos o puede
más el pueblo organizado en defensa de sus intereses de sus derechos
ese es el epicentro neurálgico de la guerra económica que
enfrentamos", dijo.
Como no podía ser de otra manera, Maduro envolvió su informe de
gestión como presidente con alusiones constantes a Hugo Chávez,
fallecido hace 10 meses: "nuestro imprescindible, nuestro grande
hombre, el más nuestro de los nuestros, el más amoroso entre los
amorosos", señaló.
Puso en palabras de Chávez los motivos para justificar las medidas que
anunció y el análisis de la situación que atraviesa Venezuela, incluida la
defensa del rumbo al socialismo en Venezuela, bajo un modelo propio,
renegando de las críticas de los extremistas de izquierda y de derecha.
"Yo sé donde estoy parado para aquellos que me subestiman desde la
ultraizquierda y la ultraderecha", dijo.
Maduro pasó revista a los principales temas del país defendiendo el
papel de las misiones en la forma de gestión pública, la marcha del
empleo y los logros obtenidos en materia de salud pública.
En el apartado internacional, el presidente venezolano manifestó su
predisposición a buscar un acercamiento con Estados Unidos, sobre la
"base del respeto mutuo", para, dijo, "ver si en algún momento
podamos lograr un punto óptimo para, llamemos de alguna manera,
relaciones positivas".
Aún bajo el impacto que causó en el país el crimen la semana pasada
de una popular actriz y su marido, Maduro reconoció la tarea
pendiente que tiene su Gobierno en materia de seguridad, y volvió a
llamar al Plan de Pacificación que lanzó días atrás.
"Estamos en deuda con el pueblo (…) en cuanto a la construcción de
un modelo de seguridad pública", dijo el mandatario, llamando a sacar
del juego político la discusión sobre la criminalidad para dar una
respuesta a ese flagelo.
"Sigamos con nuestras diferencias políticas (…) pero pacifiquemos
entre todos Venezuela", señaló Maduro.EFE
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