decir, los dólares que tiene a mano el Banco Central de Venezuela
para cubrir importaciones y pagos de deuda externa se ubicó en 21
mil 471 millones, pero más de dos tercios de esta cantidad
corresponde a barras de oro y las divisas en efectivo se ubican en
menos de dos mil millones, un nivel muy bajo que no permite atender
los requerimientos de todos los sectores de la economía.
La restricción en la entrega de dólares ha derivado en una demanda
insatisfecha que impacta al sector privado. Líneas aéreas esperan por
la aprobación de 2 mil 600 millones de dólares para cubrir sus
necesidades, compañías extranjeras esperan por divisas para repatriar
dividendos y diversos sectores no han podido cancelar las deudas con
proveedores en el extranjero. En un entorno donde Pdvsa solo
entrega al Banco Central la mitad de los dólares provenientes del
petróleo, vende crudo a descuento a países aliados y no ha logrado
aumentar la producción, el ingreso de divisas no permite elevar las
reservas líquidas.
Al mismo tiempo, la demanda de dólares es bastante alta porque tras el
salto de la inflación los dólares a 6,30 bolívares se han convertido,
junto a la gasolina, en la mercancía más barata del mercado.
Bancos de inversión como Barclays, Bank of America y JP Morgan
esperan que en el corto plazo la administración de Nicolás Maduro
devalúe la moneda, algo que tendría beneficios para el Gobierno en
dos ámbitos.
En primer lugar permitiría obtener más bolívares por cada dólar
proveniente del petróleo y por tanto disminuiría el desequilibrio en las
cuentas públicas donde los gastos superan en 15% del PIB al ingreso.
Además bajaría la demanda de dólares porque el billete verde
sería más caro.
El economista José Guerra explica que "la devaluación reduciría la
demanda de dólares a 6,30 bolívares y ayudaría entonces a que
hubiese un saldo mayor de divisas para satisfacer parte de la demanda
acumulada".
Agrega que "la devaluación podría ayudar a estimular exportaciones no
petroleras pero la realidad es que ese sector está muy golpeado, por lo
tanto, el beneficio será meramente fiscal, el país ha perdido capacidad
productiva".
El Gobierno ha enviado la señal de que podría comenzar a
desplazar a sectores que recibían divisas a 6,30 a las subastas del
Sicad donde el billete verde se vende a 11,30 bolívares.
Esta semana venderá 90 millones de dólares a través del Sicad a
empresas que elaboran alimentos básicos y productos farmacéuticos,
pero la gran mayoría del sector privado continúa sin una oferta de
dólares adecuada.
Barclays Capital indica en su último reporte sobre el país que
Venezuela sigue en el peor de los mundos. El sector privado no tiene
una fuente permanente de dólares y por tanto continuarán las
distorsiones en el mercado que conducen a inflación y escasez; al
mismo tiempo, las cuentas públicas sufren el impacto de la
inconsistencia en la política cambiaria y monetaria.
Agrega que el Gobierno ha tratado de mantener un tipo de cambio
fijo en un contexto de elevada inflación y expansión fiscal que ha
conducido a un déficit en las cuentas públicas de dos dígitos.
JP Morgan considera que la devaluación se concretará en las
próximas semanas y el tipo de cambio de 6,30 bolívares se
mantendrá para las importaciones de una lista muy reducida de
alimentos y medicina s, mientras que el resto de los sectores recibiría
divisas a la tasa de 11,5 bolívares por dólar o a través del Sicad donde
el dólar pasaría a cotizarse a una tasa de 17 bolívares.
VÍCTOR SALMERÓN | EL UNIVERSAL
vsalmeron@eluniversal.com
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