Funcionarios estadounidenses interceptaron comunicaciones de
una unidad élite que dirige el programa de armas químicas del
Gobierno sirio. En dichos mensajes, los soldados, que sirven a
Bashar Assad, aseguran que tras conocer la noticia de que en
septiembre ingresaron 184 muertos a la Morgue de Bello Monte,
abandonarían el uso de armas químicas e importarían dos o tres
malandros caraqueños.
Estados Unidos, las agencias de inteligencia de Israel y
funcionarios de Oriente Medio creen que el traslado de los
malandros se llevará a cabo con la cooperación del presidente
venezolano Nicolás Maduro, quien se ha manifestado a favor del
gobierno Sirio en diversas ocasiones. "Maduro ha promovido la
impunidad en su país para fabricar armas humanas llamadas
malandros. Estos hombres no tienen conciencia, ni piedad y
pueden sobrevivir en condiciones extremas. El plan de Siria es
trasladar a estos criminales a su región para realizar masacres de
forma más disimulada, como hacen en Venezuela", aseguró George
Ferris, un legislador norteamericano.
De cumplir el objetivo, otros países –como Rusia o Pakistán–
estarían interesados en adoptar esta nueva forma de ataque. "Siria
es sólo el demo. Tememos que los malandros caraqueños se
esparzan por el mundo poniendo en peligro la vida de inocentes
en todo el mundo", concluyó Ferris.
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