Los venezolanos vivieron la víspera de la Navidad con dos
expectativas: el regalo que traerá el Niño Jesús -como manda la
tradición local- y la cifra de inflación del mes de noviembre. El Banco
Central de Venezuela ha retrasado quince días el dato debido a la
presión del Gobierno del presidente Nicolás Maduro.
A principios de noviembre el Gobierno decidió controlar los precios y
servicios de los bienes que se ofertan en el país, mediante operativos
de confiscación y remate de mercancías a "precios justos", un
eufemismo empleado por el Ejecutivo para establecer márgenes
máximos de ganancia en todo lo que se venda en el país. Maduro desea
que esa medida se vea reflejada en el indicador, el cual alcanzó 54,3%
entre octubre de 2012 y octubre pasado, la cifra más alta de América
Latina, pero los economistas consideran que esa disposición tendrá un
efecto mínimo y de corto plazo.
La mayoría de los productos que incidían en el elevado índice son
los de la cesta básica y ya están controlados desde hace varios
años. "Si nosotros estamos rebajando mil por ciento los productos
debería eso impactar la inflación de noviembre, de diciembre y el
sabotaje económico de este año. ¿O no?", se preguntó el mandatario
venezolano el 9 de noviembre. El presidente considera que la inflación
es consecuencia de la manera cómo el mercado determina los precios,
pero también de un incremento inducido por los oferentes que forma
parte de una guerra económica cuyo último objetivo es derrocarlo.
La inédita presión sobre el Banco Central de Venezuela , un
organismo que se precia de haber resistido durante tres lustros los
intentos de manipulación ordenados por el chavismo gracias al perfil
apolítico de sus técnicos, parece haber hecho efecto a juzgar por el
silencio informativo. Una resolución publicada en Gaceta Oficial en
abril de 2008 obliga al directorio del BCV a publicar el reporte con el
índice nacional de precios al consumidor dentro de los diez primeros
días de cada mes. La falta de explicaciones sobre los motivos del
retraso ha dado lugar a toda clase de interpretaciones. Una de ellas
sugiere que Maduro ha completado la faena de limitar la autonomía
del BCV, una labor que inició Hugo Chávez en 2005 cuando promovió
la reforma de la ley del Banco Central de Venezuela, que estableció el
concepto de reservas óptimas y destinó parte del dinero que
sobrepasara esa cifra a fondos que maneja discrecionalmente el
Ejecutivo.
No es la primera vez que ocurre esto en el año. En abril el BCV se
dilató cinco días en dar a conocer sus cálculos , pero había una
razón: la celebración de las elecciones sobrevenidas del 14 de abril
para escoger al sucesor de Chávez, fallecido de cáncer el 5 de marzo.
El BCV se suma así al Instituto Nacional de Estadística (INE) y la
Comisión Nacional de Administración de Divisas (Cadivi) que
manipulan y ocultan datos esenciales para evaluar el desempeño
del Gobierno. El INE, por ejemplo, modificó la manera de calcular el
empleo porque ahora incluye en su cómputo a los beneficiarios de las
Misiones, los programas sociales creados con asesoría cubana, y a
quienes están subempleados. Eso explica el orgullo que exhibe el
chavismo cuando habla de la drástica disminución del desempleo y se
precia de cumplir con los Objetivos del Milenio.
Esto que ha ocurrido con el BCV ha sido una decisión política muy
criticada por los economistas. Según un estudio de la firma Finanzas
Digital citado por la agencia AFP Venezuela es el único país de América
Latina que no ha publicado la cifra de noviembre. Por esta razón el 18
de diciembre 20 reconocidos economistas locales publicaron un
remitido que expresaba "la preocupación por el retardo que mantiene
el Directorio del BCV en publicar las cifras de inflación y escasez
correspondientes al mes de noviembre de 2013".
"Conviene precisar que el hecho que los datos de la inflación no
se den a conocer oportunamente no hace que los precios dejen de
aumentar. El efecto de tal retardo en la publicación de los índices de
precios es que se afecta la credibilidad del BCV y se generan dudas
acerca de la fiabilidad de sus estadísticas. El BCV y sus estadísticas son
un activo fundamental de Venezuela y pieza esencial para los estudios
de la economía venezolana", afirmaron.
En octubre la inflación registró un avance mensual de 5,1% para un
acumulado de 45,8% en los primeros 10 meses de 2013, un récord
para toda la era chavista. En noviembre las cifras extraoficiales hablan
de un 4%. Es la misma información que hace unos días publicó en su
cuenta de Twitter el líder de la oposición Henrique Capriles. Todo un
mazazo para un Gobierno que tiene en el aumento a grandes zancadas
de ese indicador la amenaza más grande a su estabilidad.
Fuente: ElPais.com
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